Mitos sobre el café que ya es hora de dejar atrás
Desde que tengo uso de razón, escucho cosas raras sobre el café. Que hace mal, que deshidrata, que después de las 5 de la tarde no se puede tomar, y un montón de verdades a medias. Así que acá te dejo algunos de los mitos más comunes y lo que realmente pasa cuando tomás café (sí, ese que tanto amás).
“El café deshidrata”
Mentira. El café tiene un leve efecto diurético, pero no te deshidrata si lo tomás con moderación. De hecho, si sos cafetero, tu cuerpo ya se acostumbró y ni lo nota. Igual, tomá agua también, que el cuerpo no vive solo de espresso.
“El café fuerte tiene más cafeína”
Depende. El sabor fuerte muchas veces viene de un tostado más intenso, no de más cafeína. De hecho, los cafés más oscuros pueden tener menos cafeína que los de tueste medio. Así que no te guíes solo por el gusto.
“Tomar café en ayunas hace mal”
Para la mayoría de las personas, no pasa nada. Si tenés el estómago sensible, sí, puede caerte un poco fuerte. Pero si estás bien de salud, un cafecito en ayunas no te va a romper nada.
“El café expira y después ya no sirve”
El café no se pone feo como la leche, pero pierde aroma y sabor con el tiempo, sobre todo si está mal guardado. Si querés que te dure más, cerralo bien, guardalo en un frasco hermético, lejos del sol, el calor y la humedad. Y si podés, en grano, que aguanta mejor.
“El café hace mal al corazón”
Hay estudios para todos los gustos, pero el consenso actual dice que, en cantidades normales (3 o 4 tazas por día), no hay problema. Incluso puede tener beneficios. Si tenés alguna condición cardíaca, obvio, hablá con tu médico. Pero si estás bien, quedate tranquilo: el corazón también se alegra con un buen café.
En resumen, el café no es el enemigo. Como todo en la vida, la clave está en el equilibrio. Y si lo preparás con cariño, mucho mejor.
¿Te quedó alguna duda? Venite por la tienda o escribime, que siempre hay tiempo para charlar… con un cafecito en mano, obvio.